Por Ósmel Córdoba Mejía
Columna de opinión para elnoticiario.com.co
La vocación cristiana
Tiempo atrás, Dios me permitió escribir un devocional en el que argumentaba que podemos imitar a Dios en asuntos sencillos de la vida cristiana cotidiana.
Tomando como base Génesis 2: “Dios terminó la creación”, concluíamos que lo imitamos al terminar lo que comenzamos. El asunto es que ese es el final del pasaje; en otras palabras, comencé “de atrás para adelante”.
No obstante, el inicio de esa misma historia nos brinda otra lección para imitar a Dios: el orden. Organízate
La conexión entre Dios y el orden de la vida cristiana

Dios creó los cielos y la tierra, y la tierra estaba desordenada y vacía. Ante semejante panorama, que se asemeja a un nido de cucarachas o a un cuarto de San Alejo, ¿qué hizo Dios?
Poner manos a la obra para dejar todo en orden. ¿Por qué? Porque Dios no tolera el desorden. Dios y el orden (la organización) van de la mano.
Basta con echar un vistazo al mundo que ha dejado a Dios por fuera: es un desastre, un despelote total. De manera individual, una vida sin Dios es una vida desorganizada, sin rumbo ni sentido.
¿Está tu vida en orden?
Reflexiona: ¿están ordenadas tu mente, tus emociones, tus finanzas, tu ministerio, tu vida sexual, tu soltería, tus negocios y tu vida matrimonial?
La Biblia dice en 1 Corintios 14:40: “Dios es un Dios de orden, no de desorden”. Dios es tan organizado que un libro entero de la Biblia se dedica al orden.
Levítico nos habla de un pueblo que necesitaba ser organizado. Por eso se les dieron leyes jurídicas, civiles, dietéticas y religiosas con las cuales podían mantener el orden y la sana convivencia en comunidad.
Así las cosas, no tiene ninguna lógica que digamos ser seguidores de Cristo e hijos de Dios y tengamos una vida desordenada, porque donde Cristo llega, llega el orden. Por ende, ser ordenados es imitar a Dios. Es la regla, la norma, lo lógico y, sobre todo, lo bíblico.
Ordénate. Organízate. Una vida ordenada trae armonía, paz y bendición. Sin embargo, ese nivel de orden solo se logra al rendirle nuestra vida a Cristo.
Ósmel Córdoba Mejía
Instagram: @osmel.cordoba